“En un espacio coloreado de las pinturas de Eneide Boneu,
pende el contorno de una figura humana, espontánea y
rápidamente, sin la posibilidad de corrección, brotando del
suelo. La acción directa, el gesto, el movimiento, se
encierran en el signo visible, sin embargo el color puede
jugar su propia vida, gotear, correrse. Figura y movimiento,
pintura y gesto, forman un sistema abierto de relaciones…..”
Dorothée Willert
Doctora en Historia del Arte